Evento multiplicador d’Edufire Toolkit en Cataluña

Las jornadas de difusión del proyecto por parte de la UOC tuvieron lugar entre los días 1 y 3 de junio y se caracterizaron por involucrar a actores muy diversos, generando un interesante intercambio de ideas y perspectivas.

El primer día comenzamos con una mesa redonda en Sant Celoni, donde después de unas palabras de bienvenida del Alcalde de la ciudad, el Dr. Martí Boada hizo una reflexión inicial sobre la situación de los bosques y los cambios que están viviendo tanto por el cambio climático como por las transformaciones sociales y económicas vividas. Enfatizó la importancia de capacitarnos para comprender y estar al día del conocimiento y evitar los tópicos poco constructivos. A continuación, Jordi Pagès, ingeniero forestal y miembro del GRAF, profundizó en el diagnóstico de la situación, partiendo desde los grandes incendios del año 94 hasta las proyecciones a futuro. Presentó la compleja situación actual para los cuerpos de extinción, debido a la profunda transformación del paisaje y del clima en la zona Mediterránea, y las dificultades para seguir aplicando recetas previas, ante lo cual solo nos queda apostar por la creatividad y la imaginación.


A continuación, Néstor Portes de la entidad Pego Viu dio inicio a un bloque más centrado en la perspectiva comunitaria. Se presentó como un “representante del futuro”, ya que Pego ha vivido recientemente dos grandes incendios devastadores y el paisaje ya ha sufrido cambios muy radicales, como la actual sequía extrema. Desde su colectivo, la apuesta es la defensa del territorio mediante un amplio abanico de actividades y personas involucradas, con la esperanza de que alguna de las opciones termine funcionando. Al hilo de esta esperanza, la investigadora del proyecto PyroLife, Isabeau Ottolini, reivindicó también la importancia de conocer y visibilizar este tipo de iniciativas locales que luchan con un repertorio de actividades muy diverso para mantener vivos estos territorios y tratar de abordar así los problemas de fondo de los incendios forestales como, por ejemplo, el abandono rural, la pérdida de la cultura del fuego o el urbanismo especulador, entre otros. Una proyección esperanzada hacia el futuro que a continuación continuó Kathleen Uyttewaal, también investigadora del proyecto PyroLife, presentando los caminos de adaptación para los incendios forestales que en su investigación ha co-creado con múltiples actores de la zona del Montseny. Una guía de posibles cambios (sociales, educativos, administrativos y económicos) a diferentes escalas, desde un modelo de gobernanza anticipatoria y creativa que también sabe reconocer y visibilizar las acciones que ya se están haciendo, en una buena dirección.

Para cerrar estas reflexiones hacia el futuro, Martí Romaní, miembro del equipo Edufire Toolkit en la Fundación Pau Costa, presentó el proyecto junto con la experiencia piloto que llevaron a cabo en Taradell, situado en un entorno rural que comparte similitudes con los otros territorios presentes en la mesa redonda. A partir de aquí, reflexionó sobre cómo la educación emerge como una dimensión clave en todos estos diagnósticos y propuestas, dado el nivel de transformación social y cultural que necesitamos para abordar los retos que tenemos en materia de incendios y cambio climático. Y poniendo también la esperanza en unas nuevas generaciones que nos pueden ayudar a imaginar situaciones y encontrar respuestas que aún no existen.

Después de la mesa redonda y para cerrar la jornada, disfrutamos de una pequeña degustación de productos locales de la zona del Montseny y de Pego -como quesos, cerveza o castañas- en la Plaça de la Vila de Sant Celoni, cumpliendo también la función de visibilizar y reivindicar la importancia de consumir productos locales y de proximidad como una estrategia más para la prevención de incendios forestales.

El domingo, el ayuntamiento de Sant Celoni organizó una salida a Can Terrades, formando parte de la “Semana de la Naturaleza”. Aquí, el propietario forestal y ganadero Josep Maria Saurí nos mostró el papel de la ganadería extensiva en los servicios ambientales.

Primero visitamos un bosque típico del Montnegre que está gestionado desde hace muchas generaciones (¡desde el año 1300 como mínimo!). En particular, se hace la gestión silvopastoril, es decir, combinando desbroce con maquinaria y el pastoreo de los rebaños, consiguen crear espacios abiertos dentro del bosque. También, se practica la trashumancia, o movimientos estacionales de corto recorrido con el rebaño. De esta manera, se reduce el peligro de incendios forestales, además de conservar la biodiversidad y las actividades tradicionales como la recolección del corcho. Impresionantemente, ningún árbol de esta propiedad ha muerto de sequía a pesar de los años de impactos acumulados en el territorio.

Después fuimos a la explotación ganadera, donde Josep Saurí tiene aproximadamente 600 ovejas de la raza Ripollesa y 50 cabras de la raza cabra blanca de Rasquera. Nos compartió reflexiones sobre los retos a los que se enfrenta hoy en día la ganadería, pero también sobre cosas que dan esperanza, como el relevo generacional para mantener vivo el mundo rural.

Finalmente, la mañana del 3 de junio en la sede de la UOC, en Barcelona, continuamos intercambiando ideas y experiencias, esta vez con una mirada más urbana y centrada en el papel de la educación. Profundizamos en el diagnóstico de la situación actual de los incendios forestales, siguiendo el hilo de las conversaciones y conclusiones surgidas de las actividades del fin de semana, pero añadiendo una perspectiva más global, de la mano de Isabeau Ottolini y Kathleen Uyttewaal, en conversación con el también investigador del proyecto PyroLife, Alexandre Molina. A continuación, Martí Romaní, compartió con más detalle los objetivos y características del proyecto Edufire Toolkit, junto con los materiales actualmente ya disponibles en la web del proyecto, tanto para profesorado de secundaria como para el estudiantado.

El siguiente bloque se centraba en el tema de la participación comunitaria. La Dra. Míriam Arenas, investigadora de Edufire Toolkit en la UOC, lo inició compartiendo el proceso de elaboración y los contenidos básicos de la guía de participación comunitaria, que estará disponible en la página web de Edufire Toolkit. Clàudia Torrens, también investigadora en la UOC, presentó la experiencia de configurar un proceso de participación comunitaria en el marco de la prueba piloto del proyecto, realizada en un Instituto de Castelldefels. Conocimos más sobre esta experiencia de la mano de dos de sus participantes: Esther Gil, profesora del instituto involucrado y coordinadora del programa Erasmus+, bajo el cual organizamos las actividades del proyecto; y Gerard Magín, colaborador del proyecto “Ramats de foc” de la masía Can Domènech, una de las entidades colaboradoras. Ambos compartieron la experiencia propia de la prueba piloto y, además, Esther expuso la continuidad del trabajo entorno a los incendios forestales que había habido hasta el momento y la que se plantea para el futuro, y Gerard el potencial educativo de actividades como las que se llevan a cabo en Can Domènech. También se pusieron de manifiesto los retos organizativos, institucionales y económicos que aparecen al organizar este tipo de actividades educativas.

En el último bloque, ampliamos estas reflexiones con las intervenciones de dos profesoras e investigadoras de la UOC. La Dra. Asun Pié situó la problemática en un contexto de crisis civilizatoria en Occidente, arraigada en el capitalismo colonial y sostenida sobre la violencia contra la naturaleza y algunos cuerpos humanos. En este contexto, propuso reorientar la educación hacia el fomento del pensamiento crítico, la reconexión con la comunidad y con el resto de seres vivos, y basada en el cuidado, donde el trabajo desde el cuerpo se vuelve central para recuperar la resonancia y el sentimiento innato de vibrar y de querer conectarnos y hacer red con nuestro entorno más que humano. La Dra. Isabel Ruiz enfatizó la importancia de superar las visiones instrumentales de la educación basadas en la contraposición naturaleza/cultura, para volver a poner en el centro su dimensión ética y desde una pedagogía de la esperanza, que nos ayuda a salir de las visiones catastrofistas. Una apuesta por cambiar los marcos de referencia, aprovechando las transformaciones legislativas que abren nuevas oportunidades para abordar la mirada ecosocial, y recuperar prácticas de educación al aire libre y de reintroducir la naturaleza en las escuelas. Todo esto, recordando la importancia de la evaluación de las prácticas, pero no solo a corto plazo, si queremos respetar y comprender los ritmos de las transformaciones educativas.

El último turno de preguntas y respuestas se convirtió en un debate muy vivo donde aparecieron temas como el lugar que damos a la tecnología en nuevas propuestas educativas y el uso intensivo que hacen de ella las nuevas generaciones. Cerramos la jornada con un pequeño taller dinamizado por el equipo de la UOC en forma de debate dinámico. Las participantes fueron invitadas a posicionarse ante sentencias polémicas sobre diferentes cuestiones, dando pie a pequeños debates. Esto permitió intercambiar opiniones sobre la objetividad política de estos temas en contextos educativos; las dificultades para trabajar con adolescentes por parte de actores comunitarios sin experiencia con este grupo de edad; el rol del profesorado en la educación sobre cambio climático e incendios forestales; o cómo abordar y acompañar las emociones negativas que generan estos temas con estudiantes tan jóvenes, entre otros. Un intercambio muy rico, que no pudimos alargar por falta de tiempo.

Por lo tanto, tal y como se planteaba en el título de las jornadas, el resultado fue un ejercicio activo de interconexión y aprendizaje mutuo, donde se pusieron de manifiesto tanto los enormes retos que tenemos por delante en materia de incendios y cambio climático, como algunos de los caminos que podemos recorrer en el futuro desde una educación esperanzada, arraigada en la comunidad y el entorno, que respete y potencie la diversidad, con la participación activa de unos adolescentes con necesidad de estar más conectados con el mundo para ayudar a transformarlo.